¿Por qué los perros no deben comer lo mismo que nosotros?

Sabemos que es difícil resistirse a esos ojos que te miran mientras comes. Muchos tutores sienten que compartir su comida es una forma de demostrar cariño… pero cuando se trata de salud, lo mejor es decir “no”.

Aunque compartimos la vida con ellos, nuestros perros no tienen el mismo sistema digestivo que nosotros. Su cuerpo está diseñado para procesar alimentos específicos, y darles comida humana puede traer más problemas que beneficios.

Lo que es rico para ti, puede ser peligroso para él

Muchos alimentos comunes en nuestra dieta pueden causar desde molestias digestivas hasta cuadros graves de intoxicación en perros. Algunos ejemplos:

  • Cebolla, ajo y ciboulette: pueden dañar sus glóbulos rojos.
  • Chocolate y café: contienen teobromina, una sustancia tóxica para ellos.
  • Uvas y pasas: incluso en pequeñas cantidades pueden afectar sus riñones.
  • Sal, azúcares y condimentos: sobrecargan el hígado, los riñones y pueden causar desequilibrios graves.

¿Y si solo le doy un pedacito?

Una “probadita” de vez en cuando puede parecer inofensiva, pero los perros son más sensibles que nosotros a ciertos ingredientes. Además, los hábitos se forman rápido, y lo que parte como un gesto de amor puede terminar en obesidad, problemas de piel o enfermedades crónicas.

 ¿Qué sí puede comer?

Lo ideal es que su alimentación esté basada en un alimento formulado especialmente para sus necesidades, como Alfa Dog, que utiliza ingredientes de calidad y está diseñado para aportar todos los nutrientes que necesita, en las proporciones justas.

Si quieres darle un gustito natural, opta por snacks seguros como:

  • Trocitos de manzana sin semillas
  • Zanahoria cruda o cocida
  • Huevito duro sin sal
  • Calabaza cocida

Pero siempre en pequeñas cantidades, como complemento de su dieta principal.

Lo mejor que puedes darle es salud

Compartir tu vida con tu perro no significa compartir el plato. Demostrarle cariño también es cuidarlo y ofrecerle una alimentación adecuada para él. Porque un perro sano es un perro feliz… ¡y más años de aventuras juntos!

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